Rómulo
Pardo Silva
Washington
venía en una carrera de guerras, Iraq, Afganistán, Yemen, Libia y seguían Siria
e Irán. El plan completo de sus objetivos militares en Medio Oriente estaba preparado
hace más de diez años y era tan firme la voluntad expansionista que violaron
sistemáticamente los estatutos de Naciones Unidas.
Hasta hace pocos días era claro
que se aplicaba a Siria el modelo libio. Se insistió en lograr una resolución
del Consejo de Seguridad como la 1973 para Libia presionando al extremo a Rusia
y China que debieron aplicar el veto dos veces. Incluso después de no lograrlo la
secretaria de estado Clinton llamó a actuar de todos modos a los denominados
amigos del pueblo sirio.
En
Siria introdujeron soldados europeos y árabes desde Turquía, Jordania, Líbano,
Irak, y les entregaron miles de armas norteamericanas, israelíes, turcas, alemanas.
Como
en Libia ya tenían políticos y militares internos enrolados.
Levantaron
campos de entrenamiento militar para los rebeldes en Qatar y Libia y un centro
de coordinación en Turquía.
Pero
de pronto se detienen. ¿Por qué?
Obama
dice ahora que atacar a Irán “no es un juego”, que tendría graves consecuencias
en la “seguridad nacional” y que “creer que hay una solución fácil es un error”
en Siria.
El ministro de defensa Leon
Panetta dramatiza sobre una intervención bélica sobre Damasco: "Tengo que
estar muy seguro de que sabemos que podemos lograr esa misión. ¿A qué precio? Y
si es o no ir a hacer las cosas mejor o peor?"
La única manera de entender el
cambio es que hayan sido informados o conminados de una consecuencia
extremadamente grave.
Ocho
oficiales militares y de inteligencia de Estados Unidos firmaron una carta
abierta al Presidente Obama para exhortarle a que se oponga a una guerra con
Irán. La carta fue publicada en formato de un aviso de una página entera en la
edición del Washington Post del lunes. Los firmantes incluían al Coronel
Lawrence Wilkerson, quien fue el jefe de personal del ex secretario de Estado
Colin Powell y ex oficial de inteligencia nacional de la CIA. ¿Qué información
manejaban para hacerlo?
El
giro es tan radical que el presidente Obama en plena campaña electoral se atrevió
a oponerse a Netanyahu y a ofrecerle armas avanzadas con la condición de no
atacar.
La
BBC, acusada en Irán de ser parte de una red de espionaje, publicó un artículo
sobre cuáles eran los peligros de un ataque a Irán sin mencionar en absoluto a
Rusia ni a China.
Durante la guerra contra Libia
no se habló de peligro mundial como lo hace ahora el ministro de relaciones
exteriores de Alemania que afirmó que una intervención
militar en Siria "traería "consecuencias realmente desastrosas para
la región, la gente, y el mundo."
Si en este contexto Estados
Unidos habla de amenazas a su seguridad nacional sin duda se refiere a fuerzas
mayores que las que poseen Irán y Siria.
El viceprimer
ministro ruso Dmitri Rogozin declaró que para evitar la Tercera Guerra Mundial el ejército de
Rusia debe estar preparado. El gobierno ruso ha dicho que está dispuesto a
aumentar sus armas nucleares y a usarlas. El
presidente de China Hu Jintao, exhortó a la Armada a
“desarrollar preparativos intensos para el combate militar” a fin de
“salvaguardar la seguridad nacional y la paz mundial”,
informó la agencia oficial China Nueva.
¿Qué se le puede haber hecho saber a
Washington de la conducta de estos países en caso de otra guerra de dominación?
Rusia y China saben que serán atacados en
algún momento por EEUU y sus auxiliares si logran la garantía de impunidad para
hacerlo.
Fracasado el intento de crear una agitación
rusa que desestabilizara a Putin después de la elección, Obama, al quinto día,
lo felicitó por su triunfo. La razón del desaire es sin duda el programa de
Putin de preparar a Rusia para estar en condiciones de responder la agresión norteamericana.
El tema preocupante es la
sobrevivencia de la especie humana.
Contacto romulo.pardo@gmail.com