LATINOAMERICA UNIDA POR LA IZQUIERDA

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domingo, 27 de marzo de 2011

Colaboración

:: HASTA LA VICTORIA SIEMPRE ::
Imperialistas, subordinados y discusiones de detalles… pero se avanza en el asalto a Libia

Rómulo Pardo Silva
www.malpublicados.blogspot.com

La intervención en Libia muestra de nuevo qué países mandan y cuáles obedecen pese a sus manifestaciones de individualidad soberana. El plan inexorable de dominación y petróleo se ejecuta.

El método imperialista en el mundo es el de siempre, presión, humillación, soborno, castigo, información de propaganda, uso de la ONU; y en el país elegido como blanco, envío de ejércitos, soborno, infiltración.

El nazismo inteligente primero pagó a personas que hoy está en la dirección de los rebeldes libios, entre otros el líder del Consejo Nacional de transición es un oficial entrenado en Estados Unidos. Luego aprovechando el estallido popular del mundo árabe ataca con el pretexto de imponer un cese del fuego como protección a los civiles. A los pocos días destruyen fuerzas militares del gobierno en la estratégica ciudad de Ajdabiya para ayudar a los combatientes de la oposición. Ahora pasan a la invasión por tierra y el Pentágono está enviando tropas de desembarco.

Paralelamente se ha producido un desorden secundario de contradicciones, discusiones, retrocesos, enemistades, cobardías, simulaciones de independencia.

Hubo un gran debate sobre si la dirección de la guerra la mantenía EEUU o la entregaba a la OTAN/EEUU. Francia se oponía temiendo, decía, un rechazo de los países árabes a la organización que ataca Afganistán. No se supo de un pronunciamiento de los gobiernos árabes y Francia acató que la dirigiera EEUU a través de la OTAN.

Lanzaron un misil a la residencia de Kadafi. El ministro británico Fox estima válido matarlo. Gates, secretario de Defensa de EEUU contestó que sería insensato.

La ONU declara que la operación es para proteger a los civiles. Robert Gates menciona la partición de Libia como fórmula para poner fin al conflicto.

China y Rusia apoyaron la Resolución 1973 mediante su abstención en el Consejo de Seguridad. Iniciados los bombardeos China lamentó la intervención. El primer ministro Putin advirtió que la resolución de Naciones Unidas “permite una intervención en un país soberano, y esto recuerda las apelaciones medievales a los cruzados”; confirma la necesidad de Moscú de “reforzar su capacidad defensiva”.

Brasil no se opuso a la intervención militar en Libia. La presidenta horas después que Obama dejó su país sin comprometerse a apoyar su deseo de ser miembro permanente del Consejo de Seguridad, se mostró molesta porque declaró la guerra durante la visita, expresó que no le gusta ninguna guerra y demandó el cese de los ataques. Días después dio su voto a la política de EEUU de nombrar un relator especial para los derechos humanos en Irán cuando antes siempre se abstuvo.

La Liga Árabe condenó los ataques aéreos, su secretario general dijo estar “sorprendido” por la intensidad de los bombardeos, afirmó que “exceden el mandato aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU para mantener una zona de exclusión aérea y proteger a los civiles”. Delante suyo el secretario general de la ONU afirmó que sin el aval de la comunidad árabe hubiera sido imposible la operación contra Libia.

El primer ministro británico, David Cameron, afirmó que la coalición internacional carece de mandato para derrocar a Kadafi. EEUU expresa que debe ser derrocado, que es su objetivo final.

El Comité de la Unión Africana ha objetado en varias ocasiones toda intervención militar, cualquiera que sea su modalidad, contra territorio libio. Gabón y Sudáfrica aprobaron el ataque en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Alemania temía que un ataque en Libia excediera la Resolución de la ONU, pero no se opuso y le deseó éxito. Luego de los bombardeos insiste en lo que había previsto. Francia indignada porque no entrega tropas a la operación la amenaza con no apoyarla para alcanzar un puesto permanente en el Consejo de Seguridad.

Turquía que se oponía a que se empleara la fuerza en Libia ayuda al bloqueo marítimo y se hace parte de la guerra, igual que Alemania, como miembro de la OTAN.

Italia declara que quiere comprobar si las acciones en Libia son conformes a la Resolución 1973. Aviones que bombardean salen de su territorio.

Cuando la ONU habla de un alto al fuego, Egipto con la anuencia de Washington entrega armas a los rebeldes. La IV Internacional hace una declaración en que pide a los gobiernos árabes y principalmente los generales egipcios y tunecinos de Mubarak y de Ben Alí que entreguen ayuda militar a los rebeldes.

Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, se han pronunciado contra la decisión del Consejo de Seguridad. Chávez ha analizado públicamente la crisis, Raúl Castro no. Quizás para no tener problemas con Brasil, China y Rusia el rechazo de los gobiernos antiimperialista latinoamericanos no se ha hecho con la fuerza esperable.

El nazismo de hoy es tan inteligente y dosificado que cuesta que incluso personas de izquierda acepten el empleo del término que mejor expresa la voluntad de una cúpula inescrupulosa de lograr la conquista de pueblos y recursos mediante crímenes. Hubo un nazismo burdo; ahora es refinado, hipócrita.

El drama de hoy es que Libia está siendo atacada sola y puede ser subyugada, que luego siguen otros. No cabe sino oponerse.

Contacto romulo.pardo@gmail.com

domingo, 20 de marzo de 2011

Colaboración

:: HASTA LA VICTORIA SIEMPRE ::
La doctrina de la ONU: Lo que los imperialistas quieran hacer

Rómulo Pardo Silva

Antes del año 2001 Estados Unidos tenía planificada su operación militar contra Libia. Ahora el Consejo de Seguridad de la ONU le dio la autorización para ejecutarla.

Lo dice el ex Comandante en Jefe de la OTAN, General Wesley Clark: “En noviembre de 2001, en el Pentágono, uno de los oficiales de alto rango del estado mayor del ejército tuvo tiempo para charlar. ‘Sí, todavía seguimos con los planes contra Iraq’, dijo. Pero había más. ‘Eso se discutió como parte de una campaña para cinco años’, dijo, y había ‘un total de siete países en la agenda: se empezaría con Iraq, después Siria, Líbano, Libia, Irán, Somalia y Sudán’…” (1)

En el Consejo de Seguridad frente al proyecto de Resolución norteamericano-europeo contra el gobierno libio ningún país se atrevió a oponerse a los imperialistas. Los pocos que lo hacen no son miembros.
No existe un imperio sin subalternos.

Estados Unidos y sus socios occidentales pueden intervenir militarmente en un país sin autorización de la ONU, Irak, o con ella, Libia. Pueden apoyar a un gobierno contra los rebeldes, Colombia, o a los opositores contra el gobierno, Libia, Bolivia, Venezuela… Lo que hagan se acepta sin crítica en los medios dominantes.

Rusia y China apoyaron por temor y cálculo el uso de las armas en Libia. Su pragmatismo ajeno a principios los ubicaron detrás del imperio aunque saben que en algún momento serán sus víctimas. Los poderes empresariales de Brasil, India y Alemania buscando un acomodo político dieron su aprobación en forma indirecta.

Lo único sincero del discurso de los delegados fue el voto. El representante de Colombia condenó la atroz violencia del gobierno libio contra civiles indefensos… De haber estado Hitler habría votado contra Libia para defender los derechos humanos…

El ataque aprovechando la coyuntura del levantamiento social árabe se preparó secretamente en lo militar y lo diplomático. El condicionamiento público lo hicieron los medias con una concertada campaña sobre la barbarie del gobierno norafricano.

El progresismo político desde otro lado facilitó el plan presentando a los rebeldes como demócratas pacíficos sin vínculos con el imperialismo, que levantaban exigencias espontáneas. Con esa posición criticaron a los gobiernos antiimperialistas latinoamericanos que reconocían al gobierno de Trípoli e impulsaban un acuerdo de los libios sin intervención extranjera.

La izquierda revolucionaria no tiene capacidad para detener las guerras de la época de fascismo jurídico que se vive, y su decisión de evitar roces con intelectuales progresistas de los países europeos le resta fuerza para entregar un mensaje claramente antiimperialista.

El imperio entonces avanza en su proyecto de control de la humanidad y los recursos, preparándose para el colapso en que terminarán sus crisis. Se ha propuesto desarrollar la capacidad para sostener guerras simultáneas en diferentes lugares y lo hace en Irak, Afganistán, bombardea en Pakistán… suma a Libia. Se apronta contra Irán y Corea del Norte. Hace vuelos no tripulados en México donde introduce secretamente armas de guerra para entregarlas a los carteles de la droga. Se ejercita en Libia para subvertir Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia. Arrebata sin pausa territorio palestino.

Lo que sigue en Libia es la arbitrariedad total. Lograr la seguridad de los civiles y el alto al fuego con la intervención aérea estipulada en la Resolución no sirve al objetivo de poner fin al régimen libio. Tendrán que destruir fuerzas militares de Trípoli, infiltrar, sobornar el bando de Kadafi, entregar armas e instrucción a los rebeldes, ocultar los ataques de la oposición, utilizar en la frontera a los generales de Mubarak que gobiernan Egipto, invadir por tierra sin importar el acuerdo del Consejo, o hacerle aprobar otro.

Para sus propósitos los imperialistas cuentan además de la obsecuencia de los países del Consejo con la complicidad de su prensa dominante. Inventarán al gobierno ataques, matanzas de civiles, ocultarán las acciones ilegales de sus aliados internos…

La BBC aportó de inmediato a la empresa. Informó que las tropas de Kadafi “continúan atacando Bengasi”, que sufrió “un sostenido bombardeo durante la noche”; que las fuerzas del gobierno “están avanzando sobre la ciudad”. Fuera de titular agregó: “Rebeldes libios dijeron estar bajo ataque en Bengasi, según reportes sin verificar.” “La información entregada es difícil de ser verificada de manera independiente.”

Hay que luchar contra los imperialistas y los gobiernos que se someten y apoyar a los pueblos que defienden su independencia. No se ha podido detener sus guerras en el mundo árabe, pero el futuro es largo y está por definirse.

Sus informes de victorias en Vietnam terminaron en una humillante derrota.

Referencia
1 (Wesley Clark, “Winning Modern Wars”, página 130). Michel Chossudovsky, Rebelión, 15-03-2011

Contacto romulo.pardo@gmail.com

domingo, 13 de marzo de 2011

Colaboración

:: HASTA LA VICTORIA SIEMPRE ::
El imperio también se enreda

Rómulo Pardo Silva

Es posible que los imperialistas invadan Libia, pero no completamente seguro como parecía en los primeros momentos. La realidad los traba.

Durante la crisis de Libia muchas declaraciones de autoridades occidentales superaron en agresividad a sus actos posteriores. Después de casi anunciar una guerra relámpago al parecer se encerraron a meditar.

Quizás es porque las potencias pasan en la actualidad por un mal momento.

Sus problemas económicos son graves. Tienen deudas gigantescas, el crecimiento económico es débil y no mejora el empleo. No hay confianza en el dólar ni el euro. La competencia china es implacable y aunque le exigen revaluar su moneda no cede. Los ajustes neoliberales para enfrentar los déficits tensan las relaciones con sus ciudadanos.

Suben los precios de los alimentos y del petróleo y se pueden producir estallidos populares que rompan el orden creado con la colaboración de gobiernos dependientes. La juventud de las capas medias pese a su calificación no encuentra un lugar en el sistema y ha dado pruebas de su ira en Egipto y Túnez.

China se alza como una potencia emergente que les amenaza el futuro.

En los primeros días los países dominantes parecían desconocer la existencia del gobierno de Libia y por consiguiente de cualquier medida que pudiera tomar frente a los rebeldes. Hillary Clinton y el secretario general de la ONU son un ejemplo. En cambio hoy hablan de una guerra civil entre un gobierno y rebeldes. Ya no se refieren a civiles desarmados asesinados en manifestaciones sino a combatientes que se han dado el objetivo de tomar el control del país. Se exige al gobierno de Kadafi solo no atacar a los a civiles.

La campaña de prensa obsesiva ha dado paso a informaciones a veces en segundo plano.

Algunos mandatarios del bloque imperial daban señales de iniciar acciones inmediatas e individuales. Pero vino la declaración del secretario general de la OTAN que no habría intervención militar sin una autorización del Consejo de Seguridad. Un retroceso en comparación con la guerra ilegal que hicieron en Irak.

Los resultados de sus guerras contra Irak y Afganistán les han sido negativos. Internamente enormes gastos y críticas. En los países víctimas más de un millón de muertos, aumento de la pobreza, destrucción material generalizada, migración de millones, odio a los agresores, divisiones nacionales y ningún ordenamiento político subalterno sólido de reemplazo. Consecuencias que conocen los libios.

Los ataques acordados contra Irán no han sido ejecutados. Movilizaron medios militares, lograron legalizar la inspección de barcos de guerra iraníes como detonante, pero han tenido que frenarse.

Al interior de los rebeldes los imperialistas no tienen una acogida unánime. Hay corrientes opuestas, los que rechazan toda intervención extranjera, los que piden una invasión, los que solo demandan una zona de exclusión aérea por las potencias, los que únicamente aceptan la entrega de armas. Eran rebeldes los que hicieron prisioneros y expulsaron a soldados ingleses que se habían infiltrado.

Varias fuentes señalan como un factor importante en la indecisión de los imperialistas la conducta valiente de los pueblos árabes contra las dictaduras dependientes de las potencias. Se sabe que el ciudadano común musulmán no quiere a sus antiguos colonizadores ni a Washington, victimarios de sus hermanos iraquíes, afganos, paquistaníes, palestinos… y se teme su reacción durante una guerra contra Libia.

En Estados Unidos se acusa a Obama de vacilante. Él y su sector parecen estar conscientes que una intervención directa podría ser otra mala aventura como las de gobiernos anteriores. Los servicios de inteligencia tampoco ven que sea clara la derrota de Kadafi, algunos piensan que se impondrá conservando el poder. La política de la supremacía global norteamericana si bien tiene consenso en sus círculos de poder presenta subjetividades durante las coyunturas que no logran superar pese al gran aparato de apoyo de que disponen.

El gobierno libio ha atacado con determinación logrando avanzar en el control del territorio. Cuenta ahora con una mejor situación en lo internacional. China y Rusia han dicho que están por una solución interna sin intervención militar extranjera. Estados con influencia como Brasil e India no se han sumado como Colombia y Chile a la postura de los imperialistas. Los países del ALBA impulsan una propuesta de no injerencia extranjera y un encuentro entre libios.

En este momento se ha empezado a pensar más que en una invasión en una lucha civil larga alimentada por los países occidentales desde el exterior. Se menciona como medio a Arabia.

El grave accidente en los reactores nucleares de Japón es un nuevo contratiempo para el proyecto Libia de Estados Unidos y la OTAN. Lo nuclear se demuestra como un peligro a la humanidad y se levanta como tema de preocupación asociado inevitablemente a la violencia permanente de los que gobiernan el mundo imponiendo sus conveniencias.

Los imperialistas nunca dejan de planificar nuevas conquistas en el globo; pero no siempre les son posibles. El gigantesco poder militar que poseen no es el único factor en la política internacional. Al menos por ahora.

Contacto romulo.pardo@gmail.com

domingo, 6 de marzo de 2011

Colaboración

:: HASTA LA VICTORIA SIEMPRE ::
La realidad y la historia obligan a definirse entre Obama/imperio y Kadafi/soberanía

Rómulo Pardo Silva

No hay una declaración de la dirigencia rebelde rechazando una intervención extranjera, al revés mantiene comunicación con Washington y algunos jefes han expresado su apoyo a ataques militares de las fuerzas imperiales. Hasta hoy existe solo una alternativa independiente.

Kadafi ha entrado a la lista de enemigos de Estados Unidos y Europa occidental, si cae será para ellos y sus planes un triunfo. Por el contrario, de tener éxito la iniciativa de Chávez y los países del Alba de facilitar un acuerdo político entre los libios, es una derrota para el imperio; ya el gobierno francés la rechazó afirmando que lo único aceptable es el derrocamiento del gobierno libio.

En la opinión se aprecia que pocos muestran simpatía por el jefe libio mientras muchos expresan simpatía por Obama. Es la obra de los medios.

Algunos intelectuales políticos progresistas que en un comienzo atacaron con dureza a Kadafi se han ido moderando y apuntan ahora a rechazar además una invasión de Estados Unidos y la OTAN.

Una posición contra ambos bandos es muy difícil de traducir en hechos consecuentes. Blair y los laboristas del Reino Unido dijeron ser una tercera vía pero terminaron facilitando las intervenciones de Washington.

Si el propósito es oponerse a las dictaduras, la mayor es la del Pentágono, es global. Los políticos gobernantes de España, Perú, Colombia, Chile, Honduras, Japón… saben lo que es tener que obedecer órdenes norteamericanas.

Si se trata de crímenes, es Estados Unidos el que deja un millón de muertos en Irak, más de 70 mil en Afganistán, dejó millones en Vietnam…, semanalmente mata civiles en Pakistán.

Se acusa a Kadafi de matar manifestantes opositores y será investigado por un tribunal aunque en ningún caso serán mayores que los crímenes de los intocables gobernantes del capitalismo desarrollado.

La neutralidad de rechazar ambos bandos significa igualar consecuencias destructivas para la humanidad que en realidad son muy diferentes.

La conducta de inclinarse por la derrota del gobierno de Trípoli con la idea de condenar la intervención extranjera después de consumada, es un error porque implica hacer política de izquierda en condiciones aún más difíciles.

En el caso Libia es importante ponderar cuidadosamente que no es el gobierno de Kadafi el que amenaza a todos los pueblos y todos los recursos del planeta.

Pese a hacerse acusaciones mutuas Roosevelt y Stalin se unieron contra el enemigo mayor, el naciente imperio nazi. Intentar desacreditar el concepto de peligro mayor es ir contra la experiencia.

Lo mejor para Libia es la paz de un acuerdo político interno sin intervención extranjera. Lo peor la guerra civil con intervención extranjera.


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