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martes, 28 de abril de 2009

Perú: Señora Hilaria Supa

Señora Hilaria Supa

por Luis Alberto Salgado T.
luissalgadot@aol.com

28-4-2009



¿Realmente estaba preocupado el director del diario “Correo” por la ortografía castellana de la congresista Hilaria Supa?

¿Qué ha tenido en la cabeza Aldo Mariátegui para dedicar toda la portada del diario que dirige y, además de ello, las páginas centrales del mismo para agredir tan alevosamente, por la evidente ventaja de hacerlo desde un medio de prensa escrita, y tan injustamente, por la evidente falta de fundamento de su ataque personal a una peruana cuyo idioma no es el castellano y que, por el contrario fue víctima, como millones, de un sistema de oprobio?

Por ello, en lo personal, y disculpen que lo haga así, deseo expresar mi respeto profundo y solidaridad con la señora Hilaria Supa, a quien muchos peruanos la eligieron como su representante en el Congreso, pues, además, en realidad, la ofensa y el ataque también van dirigidos a quienes, como ella, no tienen al castellano como su lengua materna y no tuvieron oportunidad de aprenderlo como consecuencia de nuestra larga historia nacional de injusticias, discriminaciones y explotación económica de seres humanos.

Pero el asunto, obvia y previsiblemente, y quizás eso es lo que buscaban, no quedó allí. Pues algunos/as congresistas, como la señora Martha Hildebrandt, continuaron con el agravio utilizando la ironía y el sarcasmo al decir que “la constitución no exige más que 25 años de edad para ser congresista así que no hay que quejarse” y que la crítica “no es en razón de ser quechuahablante sino por ignorante” . Esta manera insólitamente torpe de dividir más a los peruanos burlándose de y criticando públicamente y sin rubor alguno, en la persona de Hilaria Supa, a más de 3 millones de compatriotas, y también a otras minorías étnicas, quienes no tienen al castellano como su lengua materna, ha sido una lamentable característica de la fragmentación dolosa del Perú. Y deja aflorar, por lo visto, un, aún más lamentable racismo y xenofobia que persiste fuerte en el alma de algunos que se creen una versión moderna del III Reich.

Hemos podido percibir como si algunos quisieran reiniciar un largo camino de barbarie que, como en la Europa de 1933 unos se creyeron “la raza superior”, propiciaron una conflagración mundial y exterminaron en hornos a seis millones de seres. Y ya sabemos cómo terminaron aquéllos que rendían culto a la incineración masiva de personas y el régimen político que implantaron durante algunos años en esa Alemania de los malos recuerdos, víctimas de su propia prédica genocida. Felizmente los alemanes inteligentes lograron prevalecer y regresó la sensatez, y la decencia se reinstaló en la tierra natal de Wolfgang Goëthe, Albert Einstein y Willy Brandt.

Por ello, decirle a doña Hilaria, como peruano cuya lengua materna es el castellano, y como aprista de formación, que quienes estuvimos cerca de Haya de la Torre durante los últimos años de su vida confirmamos la importancia superior no sólo de sus enseñanzas y su prédica política sino de su mensaje profundamente ético que gravitó decididamente en nuestras conciencias para ver, siempre, en todos nuestros compatriotas sea de la Sierra, la Selva o la Costa, del norte, del centro o del sur a seres humanos como uno mismo, más allá de las aparentes diferencias y, en todo, encontrar en nuestra diversidad la explicación profunda de nuestra común humanidad. Así de simple, señora.

Porque, ¿qué tiene que ocurrir para que algunas personas comprendan que no es con esas actitudes absurdamente ofensivas y agraviantes como podremos ir armonizando a nuestra patria?. Que me disculpen si mi percepción está equivocada pero me parece que la explicación causal de los males nacionales tiene poco que ver con la ortografía o conocimiento castellano de una mujer de habla quechua y sí, mucho que ver con la altísima corrupción y quebrantamiento de la ética por parte de personas instaladas en el Estado oligárquico, o en el actual Estado, o en el sector privado de la sociedad, que victimizaron a su propia nación y por lo cual no hemos visto al director de “Correo” levantar su voz tan fuerte como contra Hilaria Supa, ni de lejos.

Por la razón anterior aún estamos esperando que se pronuncien al respecto el ministro de Educación del Perú y el presidente de la República.

Nos parece que existen ciertas escalas axiológicas que establecen prioridades u órdenes de importancia en la vida de los pueblos y en el gobierno de los Estados que merecerían mucha más atención y preocupación, precisamente para dramas como los que en muchos años de su vida enfrentaron connacionales como Hilaria Supa, ofensas ante las cuales no encontraron nunca, y durante muchas décadas y quizás siglos, una voz de respaldo o de protesta de quienes sí estaban en condiciones de levantar su voz. Me pregunto, ¿qué dirán algunos frente a las esterilizaciones forzadas a las que fueron sometidas muchas mujeres peruanas durante el fujimorismo?...casi hasta nos producirían escalofríos escuchar sus respuestas. Pero así es el desarrollo desigual de almas y conciencias.

Me temo que, por ahora, los ofensores no reconocerán su grave error, como de hecho no lo han reconocido, pues ya declaró el autor de esa nota periodística que sus párrafos son “impecables”. Y no será con demandas judiciales por invasión de privacidad ni por denuncias por discriminación, - a las cuales tiene perfecto derecho la agraviada señora Supa- como finalmente entiendan un mensaje de humanidad, de sensibilidad humana y de pragmatismo inteligente. Simplemente que los peruanos quechuas y aymaras, y los compatriotas de etnias selváticas, los afroperuanos y los mestizos que somos todos nos reafirmemos en que la garantía de la permanencia de lo bueno de una civilización y las posibilidades de superación de sus taras e iniquidades, como las atestiguadas hace unos días, está precisamente en la grandeza y en la generosidad que puedan mantener sus integrantes en momentos justamente en que algunos desafían la razón, la esencia de nuestra humanidad y las enseñanzas de nuestra historia.



:: HASTA LA VICTORIA SIEMPRE ::

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